Una definición universalmente aceptada y aceptable de los servicios hasta el momento no se ha conseguido de una forma clara y concisa. Ya que, ciertamente, en lo que a la disciplina del marketing se refiere, tanto bienes como servicios ofrecen beneficios o satisfacciones; por lo que tanto, se puede deducir que bienes como servicios son productos.
Aun así, existen ligeras diferencias entre ambas, las cuales se acentúan a la hora de desarrollar determinadas características.
Las particularidades con mayor relevancia de los servicios en oposición a los productos son: la intangibilidad, la inseparabilidad, la heterogeneidad, la perecebilidad y la propiedad.