La sociedad actual cambia de manera vertiginosa; cambia el mercado, cambia la competencia, cambian los clientes y sólo sobrevivirán aquellas organizaciones que sean capaces de saber qué quieren, hacia dónde van y que se preocupen por la mejora constante para no dormirse.
Los centros educativos históricamente se han regido por un tipo de dirección muy jerárquica y autoritaria, basado en un liderazgo Autocrático en el que normalmente era el propietario o el representante de una institución quien marcaba las líneas de acción y el resto de las personas de la organización se limitaban a cumplir las órdenes sin protestar por miedo a la represalia.
Los centros educativos históricamente se han regido por un tipo de dirección muy jerárquica y autoritaria, basado en un liderazgo Autocrático en el que normalmente era el propietario o el representante de una institución quien marcaba las líneas de acción y el resto de las personas de la organización se limitaban a cumplir las órdenes sin protestar por miedo a la represalia.
Hoy en día el mercado exige un modelo de dirección basado en un liderazgo Democrático, en el que los subordinados participen en la toma de decisiones y se les solicite sus opiniones e ideas, lo que hace que se necesiten para los equipos directivos personas abiertas y participativas.
Las tareas clásicas de la dirección consisten en: