Que España necesita un cambio en el sector educativo es indiscutible. Cerca del 32% de los estudiantes dejan de estudiar después de la educación obligatoria y gran parte de ellos sin ni siquiera obtener el título de la ESO.
Se ha de encontrar la fórmula para que por lo menos los estudiantes terminen el bachillerato o un Ciclo Formativo de grado medio y, por supuesto, mejorar la calidad de la enseñanza, cuyas deficiencias quedan claras en el Informe PISA donde España obtiene unos resultados mediocres.
Ante esta situación, (que empieza a ser alarmante), el gobierno ha encargado al ministro de Educación, Ángel Gabilondo un gran pacto para mejorar el sistema. Está claro que es complicado por la cantidad de ideologías y agentes implicados (partidos políticos, comunidades autónomas, sindicatos, AMPAS, Asociaciones, etc.), pero lo que no hay ninguna duda es que es necesario ponerse de acuerdo y dar un gran paso, definitivo y con continuidad, hacia delante.